Las heladas generan preocupación en la actividad agrícola debido al potencial de pérdidas socioeconómicas que generan.

El nivel de daño que sufra el cultivo dependerá de variados factores tales como la vulnerabilidad de la especie o variedad a bajas temperaturas, estado fenológico, intensidad de la helada, tiempo de exposición, ubicación geográfica, entre otros.

También son importantes las condiciones propias de la propiedad, donde se presenten distintas temperaturas mínimas en diferentes sitios, con menores temperaturas en los bajos y en las partes inferiores de laderas.

Un sistema de control pasivo se basa en modificaciones introducidas en el microclima del monte frutal o las plantas de vid durante la primavera, con el objetivo de evitar o reducir el daño:

Algunas técnicas culturales que pueden atenuar el efecto de las temperaturas críticas en vid y frutales:

• Mantener el suelo en estado hídrico correcto, es decir, mantener el suelo húmedo, no saturado o inundado, ya que el agua es uno de los mejores conductores del calor y contribuye a enfriar más rápidamente el suelo por esto no debe regarse la noche anterior, ya que solo aumentaría los efectos.
• Mantener el suelo libre de malezas lo que evita que la masa de aire frío se encuentre a mayor altura.
• No realizar laboreo de suelo para mantener suelo lo más compacto posible (disminuye superficie de irradiación).
• Los interfilares deben mantenerse con suelo compacto y sin vegetación y en caso de tenerlas lo más bajo posible.
• Una manera de disminuir el riesgo en viña en espaldero es conservar verticales los cargadores después de la poda y atarlos horizontalmente a los alambres cuando el peligro de heladas haya pasado.

En el caso de Vid…

En el caso particular de las yemas de vid que son compuestas, la yema primaria es la frutal y la más sensible al frío y al daño por heladas. En algunas variedades la primera yema puede morir y producir algo desde la yema secundaria.

Los daños siempre serán el quemado de los brotes y la disminución de la producción. Los cuales dependen del momento de ocurrencia de la contingencia y el momento fenológico que esté atravesando la planta.

•Heladas Temprana: daños parciales, puede aprovecharse la 2° floración. No Podar y mantener estado hídrico correcto.

•Heladas Tardía: daños parciales o totales, la 2° floración puede o no aprovecharse. No Podar. Puede considerarse un desbrote. Favorecer la buena formación de madera para el siguiente año. Mantener estado hídrico y fertilidad en valores correctos.

En el caso de frutales…

La sub fase más susceptible en los frutales es la que abarca desde plena floración hasta el cuaje de los frutos. A medida que la yema floral avanza en su estado de desarrollo, desde yema hinchada, pasando por flor abierta y llegando a fruto cuajado, disminuye su tolerancia a temperaturas bajo cero.
En las heladas primaverales, los tejidos más afectados en las yemas fructíferas y flores son normalmente los del pistilo, existiendo una diferenciación entre las distintas especies en el modo en que comienzan a manifestarse los síntomas.

El síntoma inicial más característico es el cambio de tonalidad o de color. Su manifestación se muestra habitualmente como oscurecimientos, o ennegrecimientos de la parte dañada y que, posteriormente, pueden extenderse o no al resto del órgano.

Con respecto a la mejora en los riegos intra fincas

Para mejorar el almacenamiento de calor en el suelo antes de una helada, es importante su contenido de agua. El bajo contenido de humedad posee gran parte de sus poros ocupados con aire, elemento de baja capacidad calórica y que se enfría más rápidamente. Por lo tanto, previo a períodos de riesgos de heladas, es recomendable mantener el suelo con alta humedad, cercana a capacidad de campo.

Ello mejora la capacidad de almacenar calor e influye en la temperatura. Esta práctica ha demostrado que eleva la temperatura en 0,3 °C respecto de un suelo con menos humedad.

Recomendaciones después de una helada

En vides y algunos frutales se debe considerar, en caso de heladas fuertes, que la repoda tendrá como objeto principal generar buena reposición de yemas y madera para el año siguiente.

El programa de fertilización debe partir una vez que los brotes inicien su crecimiento activo en primavera (brotes de 10 a 15 cm de longitud). Lo más importante es considerar los nutrientes que mejoren la regeneración de tejido y la capacidad fotosintética.

En general, el uso de agua de riego y fertilizantes debe ser racional para evitar el crecimiento excesivo de los brotes que permanecieron en las plantas afectadas por heladas.

 

Informe de Helada 3 y 4 de setiembre de 2019

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